miércoles, 20 de mayo de 2020

MAESTROS

Llevamos ya más de dos meses de confinamiento y creo que poco o casi nada se reconoce la labor que los maestros están llevando a cabo en tiempos de coronavirus. Se nos olvida yo creo pararnos a pensar qué fue lo que sintieron cuando los colegios llenos de vida de los que forman parte a diario se vieron cerrados y tuvieron que coger sus bártulos para trasladarlos a sus casas. Casi seguro que fue una sensación de pérdida y de tristeza. Casi cuando estábamos pensando en vacaciones, qué ironía. Tuvo que ser como coger las maletas llenas de cuadernos de evaluar, papeles sin ordenar y desembarcar en su casa, en sus despachos, habitaciones o cocinas para empezar un nuevo trayecto que haría brotar el yo docente de cada uno. 
Nos están dejando entrar en su intimidad para intentar que la normalidad se instale en la vida de los alumnos a través de videollamadas y demás aplicaciones informáticas, pero para que todos entendamos que esto no se trata de rellenar tiempos ni contenidos sino de acabar con el silencio que impera en los colegios. Que los sentimientos están a flor de piel por la impotencia que genera finalizar un curso sin ni siquiera poder despedirte de los alumnos como te gustaría.   
Hay quien se está dejando el alma en lo que hace porque pone el alma todos los días y es capaz de mandar y hacer sentir que te llega un abrazo a través de su trabajo diario. 
Gracias maestro por hacernos apreciar tantas cosas en tan poco tiempo, por tu compromiso y por esos abrazos.
Susi.

1 comentario:

  1. Lo he copiado y compartido en facebokk, espero que no te moleste. Me ha gustado mucho.

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