Creo que muchas veces vamos pasando por la vida y no hacemos otra cosa más que negar: negamos que estamos cansados, que tenemos miedo, negamos que queremos éxito, que queremos más y por supuesto negamos que negamos. Vemos lo que queremos ver y creemos lo que queremos creer hasta el punto de que nos creemos nuestras propias mentiras. Lo peor. Terminamos casi por no reconocer la verdad venga de quien venga.
Eso de ojos que no ven corazón que no siente es una gilipollez supina al igual que lo es pensar que hay personas transparentes. Hoy la realidad me ha dado un bocado en el culo para recordarme el dicho de que hay quienes se creen libres solo porque llevan su jaula a todos los lados.
Saluditos.
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