No recuerdo bien quién dijo un día en el Congreso que este virus va a dejar más pobres que muertos. Y mucho de ello puede deberse al miedo que generan en nosotros los medios de comunicación entre otros factores. Pero creo que es más interesante la influencia que podemos ejercer los padres sobre nuestros hijos a la hora de percibir y vivir esta situación de pandemia. Los niños van a las escuelas sin pensar que pueden ser confinados, sin miedo al contagio, con las precauciones necesarias y con respeto. No les contagiemos del virus del miedo. Grupos de madres y padres, a través de los cuales se habla, se indaga, se inventa... cuidado. Aunque haya contagio en algún aula si se están siguiendo todos los protocolos no es necesario señalar a ningún niño. Y en cuanto a los maestros, ese colectivo infrapagado pero que es la piedra angular de nuestra sociedad, bastante riesgo están asumiendo capeando el temporal con los pocos recursos materiales, higiénicos y personales de los que se les ha dotado (aunque siempre hay algunos que huyen. Esto sería otro tema a tratar porque igual de maestros no tienen más que el título). De analfabetos funcionales desagradecidos para con la labor de los docentes está el mundo lleno. De mi parte y de nuevo, GRACIAS MAESTROS.
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