Creo que nunca he llegado a hacer ningún puzzle. Ni siquiera cuando mis hijos eran pequeños. Los detestaba en gran parte por mi impaciencia. Siempre he sido y soy más de rompecabezas que parecen lo mismo pero no es igual. Con el rompecabezas recopilas la información, analizas, pones todas las piezas encima de la mesa, pones el doble de atención... y resuelves el rompecabezas. Si lo aplicamos a la vida real, las personas son el rompecabezas más complicado porque nunca llegas a tener toda la información y por tanto no hay una única posible forma de encajar las piezas. Por eso la última pieza es la que más nos gusta encajar. A menos que ésta no encaje bien. Porque eso puede hacer desear no haber empezado nunca el rompecabezas.
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